2015. Oier Gil y Abel Jiménez.
Tres carteles y un video ejecutan la jugada de distracción. Cohetes y fuegos de artificio. El público se entretiene; disfruta del espectáculo. Del show must go on de Queen a la teta de Janet Jackson, pasando por el título mundial de fútbol Alemán. ¿Es Lebron James mejor que Michael Jordan? Turistas en la luna, David Guetta en la boda de George Clooney. Di Capprio no tiene ningún Oscar y Amy Whinehouse ha muerto de sobredosis.
Chomsky afirma que no se deja pensar al individuo y así es más fácil apartarlo de la realidad existente. La naturaleza postmoderna, sobrevive enteramente simbolizada por el poder dominante para entretener a las masas (Tiqqun). Como en un anuncio de Ford o L´Oréal, es necesario leer la letra pequeña de las imágenes para percatarse de lo que sucede en realidad: Mientras Bastian Schweinsteiger es traspasado al Manchester United, la letra pequeña desvela que en el Parlamento Europeo se está firmando el Tratado Transatlántico de Comercio en Inversiones (TTIP).
La propuesta expositiva trata de concienciar al espectador de la importancia de estar informado de lo que sucede sin tropezar con el despiste del espectáculo. Se debe cambiar de foco, de la final de la Superbowl al parlamento Europeo, para ser sujeto activo en la toma de las decisiones que nos afectan. Mediante noticias casi ilegibles en letra pequeña en la franja inferior de los carteles y del video, Oier Gil y Abel Jiménez inyectan una dosis de realidad sociopolítica en contraste con las imágenes del show. Because the show must not go on!